sábado, 3 de julio de 2010


Solo escucha,.. escucha la música,
es mezcla de tú corazón,..
y de sonidos completos,
producto de entonación.

Y de muchos ritmos sueltos,..

Ahora que escape la mente,
que flote cual loca en risas,..
y que disloque hasta el alma,
que nadie nos mete prisa.

Suelta el pie como burbuja,
que si toca o roza al paso,..
explota sin que haya brujas,
perdiendo el ritmo en tropiezo.

Las manos sueltas ligeras,
se motivan cual serpiente,..
que arrastran en su melodía,
al brazo en la misma corriente.

Lo demás es navegar,
con brisa que suave lleva,..
o quizas si es mucho ritmo,
como si loc@ estuvieras.

El baile a ritmo perdido,
el que te invade y te dejas,..
rescata rostro atrevido,
del bienestar que procesas.

Si lo utilizas en dosis,
de gozo que se comparte,..
si no se mostró derroche,
no hay reproche que buscarte.



Raic Ordóñez,.."2010"

http://www.youtube.com/watch?v=eUx8iXlGqQY&feature=related
Quien necesita a un gobierno,
y mantener sindicatos,..
quien necesita amenazas,
gobernaos por mentecatos.

Quien necesita defensa,
manejada por Hidalgos,..
que protegen sus derechos,
y los nuestros van pisando.

Quien necesita un barco,
con un timón dibujado,..
sin rectificar el rumbo,
siendo imagen de un posado.¿?

Quien quiere pagar impuestos,
y llenar cuentas ajenas,..
con penas para pagarlos,
y el pago en perpetua condena.¿?

Quien compró un aspirador,
y basura recogió,..
si la escoba recoge lo mismo,
y luz en factura no vio.¿?

Quien quiere evolucionar,
sacrificando su vida,
mejorando a los demás,
si catar él no podía.¿?

Quien quiere mirar un futuro,
cual pasado ya fue logro,..
y el presente representa,
que es futuro en cueva de ogros.¿?

Quien escucha esas promesas,
causa de actor muerto en obra,..
que las mentiras mataron,
por promesas que eran sobras.¿?

Aquí tierra hablando a Marte,
pidiendo cese al proyecto,..
pues el marciano enviado,
nos miente y tiene defecto.¿?

¡¡Qué lo desmonten ya puestos!!


Raic Ordóñez,... "2010"

España, un país desquiciado y confuso

España es hoy la viva imagen del fracaso de la política y del liderazgo, un país desmoralizado, desquiciado y confuso, con sus valores básicos trastocados y hasta con su modelo de convivencia, la democracia, en crisis, un país crispado y dividido en el que el liderazgo no está dando la talla porque los políticos sólo han demostrado ser hábiles y eficaces incrementando su propio poder, su dominio y sus privilegios.
Todos conocemos la respuesta correcta a sencillas 
preguntas de se plantean en la vida diaria, pero, en el momento de la verdad, todo es confusión y falla la lógica ¿A quién deben servir un fiscal y los grandes tribunales, al gobierno o a la ley? Es evidente que a la ley. Sin embargo, ocurre que la política domina muchas veces la balanza de la justicia, que la ley se aplica de manera diferente cuando el juzgado es un amigo o un adversario y que los partidos políticos, demasiado poderosos, influyen en las sentencias.

Algo similar ocurre con los políticos y los periodístas: ¿A quien debe servir un político electo, a los ciudadanos a los que representan o a los partidos en los que militan? La respuesta correcta es a los ciudadanos, pero en verdad sirven a sus partidos y se olvidan de los ciudadanos. ¿Y los periodistas? Su traición es, si cabe, la más dolorosa para la democracia. Los periodistas han tomado partido y han dejado de servir a la verdad y al ciudadano para entregar sus esfuerzos profesionales a partidos e intereses empresariales. Como consecuencia, nadie sabe donde está la verdad y los poderes campean por el abuso y la corrupción sin que nadie pueda ponerles freno.

¿Y con los ciudadanos? Ocurre otro tanto porque anteponemos el miedo y el conformismo a la libertad, al deber de exigir y a la rebeldía. Soportamos como esclavos demasiadas lacras y opresiones, demostrando que hemos perdido el orgullo de ser libres. Nos domina el miedo y hemos permitido, con una cobardía digna de lástima, que nuestra democracia haya sido asesinada por los partidos políticos y suplantada por una oligocacracia donde el que manda ya no es el pueblo (demos) sino las élites de los partidos (oligo). Sabemos que nuestros políticos anteponen sus propios intereses al bien común... y no hacemos nada. Conocemos el alcance pavoroso de la corrupción... y no hacemos nada. Nos mienten, nos endeudan, nos suben injustamente los impuestos, nos bajan los sueldos y ni siquiera tenemos la gallardía de exigir a nuestros políticos que también ellos practiquen la austeridad y sean ejemplares. La sociedad civil española, desarmada y desarbolada, está casi en estado de coma.

La confusión y el desquiciamiento afectan a todas las facetas de la vida, desde la educación a la convivencia, sin olvidar las relaciones sociales y la vida laboral. La sociedad está cambiando y no precisamente en el sentido que marca la democracia. Los poderosos son cada día más poderosos, al igual que los ricos son cada vez más ricos, mientras que los humildes y los pobres descienden cada día varios escalones, hacia el foso, en la escala de la dignidad. La igualdad, columna vertebral de la democracia, es hoy una quimera, al igual que la justicia, la fraternidad y otros valores cruciales.

El Estado, controlado de manera férrea por políticos profesionales, ha olvidado su razón de existir y ya no quiere o no puede cumplir con sus obligaciones contractuales. No es capaz de garantizar la convivencia, ni la seguridad, ni la igualdad de oportunidades, ni la justicia, ni se atreve a luchar contra la corrupción, ni puede ya suprimir las diferencias irritantes entre unos y otros.

El Estado español es hoy la viva imagen del viejo monstruo Leviatán, que oprime y subyuga.


Sábado 3 Julio 2010