domingo, 24 de marzo de 2019

El precio de la vida,...

En el circulo en que me encuentro, las anomalías son parte del mismo comportamiento a recibir por el entorno habitual,...  Como si quisieran hacer una comuna, que de diferencias fuera normalizado el estado y costumbres de muchos. Cualquiera puede ocupar una vivienda de las que ofrecen en plazas por habitaciones, aunque no cualquiera puede pagar el precio de 450 euros mensuales por la misma, que de suponer sería, debiera tener todo tipo de responsabilidad sobre ellos, si en el proceder no se dieran unas mínimas pautas de seriedad en la convivencia e higiene. Sin embargo, aquí todo es anormal, la convivencia debe ser con quien te toque, sin buscar en similitudes o amoldaciones que afines fueran causa de una perfecta convivencia, lo mismo te toca un dejado que abandona hasta la higiene por una depresión, que un jeta que bajo sus perspectivas no tiene más obligaciones que el levantarse o tumbarse a su gusto dependiendo de su propia demanda.
Todo es un constante de contratiempos, que te hacen observar el entorno más minuciosamente al respecto de las discapacidades, que cubren todo este misterio de controversias por averiguar.
A veces me veo confusa y absurda en este mundo de superioridad determinada, por aquellos que no saben de medidas más que en el común de los usos.
Las enfermedades mentales son tantas y tan variadas, que a cualquier anomalía del comportamiento, le encuentran diagnostico por determinar en objetivo de calificar o estigmatizar a cualquiera.
Algo que hace sin más un mercado asegurado de este tipo de enfermedades, que se otorgan por deficiencias o carencias de la persona a identificar por los especialistas, que de igual modo, sufrirían algún tipo de enfermedad mental si fueran analizados por terceros.
Me siento desolada ante la realidad que me cobija,...


He gastado las fuerzas,
que analizan la vida,...
y ahora se lo que rezas,
porque todo es intriga.

Porque miro los fines,
que afianzan murallas,...
y es que todos te exprimen,
en sus propias batallas.

Ya no sirve de nada,
el saber de los modos,...
porque mismo se acaba,
cual principio fue todo.

Unos piensan que era,
de otros que a ese quizás,..
no encontraron manera,
de un poder otorgar.

Ahora todos son fallo,
del perfecto imposible,...
y mejor es que callo,
lo que sea factible.

Ya no importa esa meta,
que distancia a los sueños,...
porque siempre te vetan ,
los que dicen ser dueños.

Como precio a la vida,....

Raquel Ordóñez Marqués.