Las horas pasaron, y solo quedó esa parada donde del cobijo era una mirada al paso, quizás una caricia o un golpecito en la espalda,... Una duda entraba en cuestión en la cabeza de Paco, apenas diez euros eran el tiento de una valentía, es tan poco dinero murmuraba, que se debatía entre la posibilidad de cargar la tarjeta del autobús, o simplemente gastar esa fortuna en sus manos en cualquier capricho del momento.
Me quedó la locura,
como cuenta corriente,...
me soltaron las riendas,
y hasta vi sugerente;
ese mismo capricho,
que quizás chiquillada,...
no era el mismo preciso,
que mi mente pensaba.
Me bajaron los humos,
en igual realidad,...
yo que apenas consumo,
no me llega pa más.
Solo fue en tentaciones,
ese juego en balanzas,...
hasta tengo razones,
de tener esperanzas.
