Canta como cantan esas aves,
felices en vuelo libre,..
sabiendo que el cielo amable,
es del halcón que les sigue.
Canta o bien con piar absurdo,
o subido en una rama,..
o con ese rosa crudo,
cuando el cielo va a la cama.
Canta y baila en la mañana,
al mediodía y en tarde,..
y en las noches o en el alba,
para que nadie te calle.
Con ritmo distorsionado,
al paso seguido o perdido,..
pues el corazón alzado,
del silencio no es cautivo.
Y si el ruido se proclama,
ensordecedor en notas,..
que contigo cante el alma,
que en conciencias alborota.
Yo tenía una guitarra,
tan solo con cuatro cuerdas,..
y en ellas se reflejaba,
sentir que en el alma albergas.
Tocame el ritmo que sigue,
con las palmas y el sentir,..
y lanzate a ese declive,
con la ilusión de vivir.
Porque del valor que siente,
se enfrentan en melodías,..
cual notas salen recientes,
del mismo sentir de la vida.
Y te hablan en susurros,
cerquita de tú morada,..
y aún siendo en su cante absurdo,
cose palabra enlazada.
Canta tan alto y tan hondo,
que en garganta los seguidos,..
lancen las flechas al fondo,
y haga escalera al cautivo.
Para que suban a verte,
y en el acorde a sus palmas,..
el ritmo sea la suerte,
que la libertad aclama.
Raic Ordóñez,.. 2011