En la vida existen trampas que descubres con el tiempo, y el entorno tiene culpa del enredo que se muestra, que si opino que si pienso, que si puede ser posible, que si somos el estable de este tiempo que tenemos, que si somos lo que hacemos o lo que otro va contando, todo puede ser hilando mientras cosen nuestras vidas, o las pegan a escondidas en trabajos desechables, y si ves que estas estable, te has librado del acecho, porque todo va en provecho del que oculta que relata y en sus letras te maltrata con supuestos o posibles, ese mundo está accesible al que viene por la espalda.
Y se esconde quien acusa y las mentes van tramando, otro modo de justicia que mantienen en ocultos y te acusa quien propuso seguimiento a los diretes y en proceso pues malmeten mentes pobres justicieras, porque en pruebas es cualquiera quien repite lo que quieren, pues pusiste lo que hiere al alcance en descontrol, y si fue con intención, pues las manos se introducen y parece que producen, mientras asfixian los conductos, y es que todo es el producto del que viene imaginando, y si encima vas cantando, se les va en alevosía, porque otro dirigía que trabaja en tu organismo, y ahora siguen con cinismo el teatro y su comedia.
Y se huele la tragedia en los nudos bien atados,
mientras vienes relatando en voz alta ese desvío,...
y en gargantas son los mismos los que pasan bien callados,
con el fin de que en el paso sea un sueño y no haya sido.
Y en estantes son las formas quien deforma el mismo atado,
que sujeta en intenciones esos libres que mantienes,...
y en sus puntas quien retiene al que solo había pasado,
mientras solo se divierte el que tu siempre entretienes.
Raquel Ordóñez Marqués.
