martes, 21 de mayo de 2019

En esta gran mentira,....


Desde el punto de mira que observando todo, lleva a circunstancias, donde el comportamiento del entorno dicta discriminatorios, que del intelecto no es algo probable.
Bien es sabido, que donde hay carencias no son las ultimas modas en tendencia, lo que predomina como algún atuendo, como de igual modo, no te haces popular en los lugares que están de moda ni te codeas con ese entorno que lo frecuenta.
Dependiendo de las circunstancias que vivas, te vas moviendo en esos círculos que de similares son los más comunes para sociabilizarse e ir manteniendo vínculos con aquellas personas que más se aproximan a tu estatus, dado que la sociedad va haciendo círculos de los mismo existentes que dicen no existir pero persisten.
A veces una discapacidad no dicta locura, ni se aproxima a ese describir que la conlleva, según especialistas de diferente aspecto, toda persona existente padece de alguna discapacidad, que no ha sido detectada o no precisaba de asistencia y por tanto no fue diagnosticada incluso existiendo.
Es por tanto deducible, que en la variedad de discapacidades o enfermedades mentales existentes no hay disfraz de esa locura, tan asumida por la ignorancia que padece la sociedad al respecto de este tema.
Si bien es cierto, que dependiendo de la enfermedad existente o patología por descubrir, el individuo, paciente, usuario o así descrito por la variedad de calificativos frecuentados por estos profesionales para referirse a las personas existentes, pueda hacer, que haya confusos en determinar como referirse a esta parte de la sociedad que sufre en sus propias carnes el diferenciado que se les otorga.
Pero eso no hace mejores a quienes los utilizan, ni les da más categoría que no sea la misma creada por ellos mismos para una superioridad inventada.
Vamos dando tumbos en lo que se trata de esta estupidez humana, que todo lo mira desde beneficios, no tratan personas, solo es un horario de ese tiempo justo que en las profesiones ya marcando precio, es contribución de un salario a expuestos.
Y no hablemos pues, de esas manías o costumbres personales que les dirige para diferenciarse de los mismos pacientes, que contribuyendo con un gasto mensual o ayuda otorgada para dicha enfermedad, les mantiene en ese puesto que de valores baja la escalera en misma vocación.
Casi mejor podían calificarlos como clientes, pues bien es sabido, que sin ellos, no dispondrían de ninguna profesionalidad que ejercer para sentirse identificados ante tanto damnificado que los soporta.


Se han quedado mudos los ciegos que habia,
porque en trato dado no habia más que ver,...
que de la desgracia bien se sostenía,
ese tonto absurdo que crece a merced.

Dictan las maneras, dictan las costumbres,
y si vas dejando el tiempo a su vez,...
hacen la fogata con astilla en lumbre,
porque todo dictan sin mirar quien es.

Son como coballas y siendo personas,
meditar debian esos que sin más,...
dicen con agallas que las condicionan,
y hacen lo que quieran y ellos quieran dar.

Dame el tiempo justo que en el tiempo diera,
tiempo suficiente que en llegar a ver,...
las personas libres mismas eligieran,
lo que en propio tiempo quieran disponer.

En esta gran mentira,....