En los cuentos intenciones son el dar que tu medites, y depende del que sepas la respuesta que se de y por tanto eso es crecer si se toma por costumbre, y además hay que leer, lo que gustes y prefieras, y el que ha muchos les preocupe no te ha de preocupar, por que dice ideología que depende cuantos sigan es cuestión que se prodiga alertando los supuestos y es el miedo quien limita, aunque sea el de otro.
Me parece una costumbre el quejarse a todas horas, y esperar hasta la aurora para volverse a quejar y entre quejas y silencios todo lo que yo presencio es hablar de lo que sea, y cuestiones sin razones va perdido en estos tiempos, donde todo es un invento cual tenerte entretenido y aparece pues la historia y te queda en la memoria las personas que perdiste, y en la misma no te acuerdas y se va todo a la mierda en ese brote, un supuesto que lo dude y el que mismo te sacude por las buenas,... nunca sabes que te espera.
Y te dicta la conciencia siendo en si misma evidencia de tus pasos,
y te deja acomplejado en el mismo describir,...
y me pones la sentencia cual criterio es otro caso,
y te dejo mis zapatos y lo vives y es decir.
Y me quedan en opciones lo que aprendo en el diario,
y te digo y te lo cuento por si quieres tu probar,...
y me implicas en historias que además son un calvario,
porque dan mucho la lata y no aprenden a soñar.
La ilusión se va alcanzando cuando empiezas a impartir,
lo que en mismas preferencias son el gusto que mantengan,...
y es entonces cuando cuentan lo que en si quieren vivir,
porque el mismo cotidiano les aburre sea el que tengan.
Raquel Ordóñez Marqués.
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