Es lo que hay,....

 Desaparecieron todos cuando misma oscuridad decoraba el escenario y las puertas se cerraron a exterior que era observante la verdad en los variantes, que te apuntan de objetivo, de los libres el cautivo que defiendes, y asimilas y comprendes que el entorno lo gobierna, y te acusan y defienden dependiendo del criterio. Y real es el misterio que lo envuelve.

 Y te meces en balanza de opinión y tolerancia, y te siguen esos pasos que de dudas lo prolongan y te apuntan esos dedos que se aburren en su casa, y preocupan las secuelas que producen los efectos, y quizás es un pretexto que te afecta sin saberlo, e interrumpe en propio tiempo, acusando en tu salud.

Y por eso no comprendo que te inventes tantos cuentos, con final negro prudente que asegure tu seguir.  Y por eso no te entiendo cuando dudas de otros tantos, que viviendo solo cursan el camino de sus metas, y me quito la careta y me muestro tal que cual, referente de un igual que recibe el mismo entorno, y si quito luego pongo, pues defiendo mi postura, Y que viva la locura en su razón.

Y el porqué de la cuestión,

es cuestión de igual supuesto,...

y me quitas la razón,

y te doy de lo que presto.

circunstancias nada más,...

Raquel Ordóñez Marqués.

y pensando

Y en perdidos son maneras, las que ofician que te cuento, sin embargo allí en  sus vidas, es el todo que se mueve y te atan con sus redes y te implicas en sus vidas, pasos de un mismo destino que sujetan en camino y caminan con el tiempo, cada cual en su momento y todos siendo uno solo del total el mismo todo que comparte en sus vivencias, y teniendo la prudencia como guía en pretendidos, diferencia de un podrido que alimenta la ignorancia.

Y si quieres Sancho Panza, te buscamos los defectos, en la vida son pretextos, opiniones que regalan, y se forma una muralla que sujeta al que lo ignora, y el reloj se pone en hora, y del tiempo su castigo.

Y por eso es que te digo,

sin saber lo que refiero,...

que hasta fui en vida mendigo,

y en sus días lo prefiero.

Y la vida en propias vueltas,

se alimenta de ignorancia,...

y me veo en sus caretas,

ignorando su constancia.

Raquel Ordóñez Marqués.

Yo no digo nada,....

 

No es lo que quiero enseñar, si no el que quiero mostrar, marcando la diferencia, la que tenemos nosotros, por ser igual diferentes, por no llevar en corrientes lo que las aguas requieren, por no ser quien esperan en propias repercusiones, por no llevar a cuestiones lo que es la misma razón.

Y si acaso la cuestión nos cuestiona en misma fase, démosle pues esa fase que limita el cuestionar.

Por que no quiero razón que dándome algún porque ponga de pronto una duda que me haga cuestionar, porque no quiero pensar siendo un descanso ganado, porque todo es cuestionado y sin tener la razón puede ser determinado del que afronte la cuestión. Y en cuestiones ya sabemos que llevamos siempre dudas y en cuestiones nos saludan las que pasan, de la clase se despacha cada uno como puede.

Démosle pues lo que quiere,....

Y queriendo y sin querer,

hago siempre lo que puedo,...

y obtenido es del tener  ,

aunque yo nada me llevo.

Y requiero su pensar ,

porque fue mi pensamiento,...

y me canso en el andar,

y esta angustia es lo que siento.

Y me miro en el espejo,

y de igual no reconozco,...

lo que quiero y aconsejo,

siendo igual mismo que ofrezco.

Y a empujones lo repito,

pues enseña al que retrasa,...

y de igual mismo te admito,

cuando pasas por mi casa.

Raquel Ordóñez Marqués. 

No le juzgues por sus hábitos,...

 Mira cual es el problema del juzgar por tolerancia, la que te dieron el día que en permitir tu opinión, menospreciando en el curso pues permitieron criterios y sin querer más misterios se trasformaron en bocas, las que repiten inciertos asegurándolo todo. Y al cambiar los mismos modos nos permitieron la guerra.

Es un maltrato social lo que con bulos se lleva, lo que se pone de moda tras de los ecos habidos, meollo del mismo podrido en que me envuelven costumbres. Siendo chispa de una lumbre, que calienta sin cesar, y ahí en el mismo pesar son reflexión de sentidos, mira siendo consentido como la culpa no pesa, 

Y ahora en el mismo sentir,

me pierdo momentos que esperan,...

que siendo una parte de mi,

ahoga la pena que lleva.

Y vivo en un simple vivir,

que suma de resta de haber,...

quitando maneras de ahí,

y modos que puedas tener.

Y juzgo en mi propia persona,

lo mismo que debas sentir,...

con partes que se condicionan,

por ser de criterios seguir.

Raquel Ordóñez Marqués.

Los silencios,....

 Las caretas son el paso del critica por la espalda, y se meten en tu vida y trasforman el entorno, y en el saco la cosecha es el fruto que especula, que asegura y ratifica que es así tal como era, y lo cree ese cualquiera que repite las palabras y si el perro no te ladra es que aún te queda tiempo. Aprovecha ese momento y si opinas que se oiga. Le decía la conciencia que espabila de escarmientos .

Son las manos que te empujan que se quedan en garganta, que te asfixian en sentidos y prolongan tu tortura, lo que pasa por locura es reacción ante el abuso, y es que así quiso y lo puso en venganza o en pretextos y me quedan solo gestos que hasta son desconocidos, y se queda comprendido el propósito que mana y si no es hoy es mañana que más da cuando se cumpla.

Hoy es día de supuestos como fue el mismo de ayer, y contrarían lo que piensas y despistan sus intentos, y del ser es un invento que se implica en vida de otros, un agujero o un roto, dependiendo del criterio y pasamos al misterio que mantiene en si la vida.

Y si no pues que se diga, 

lo que quiera en su decir,...

porque dicen que te hostiga, 

en la vida su vivir.

Y el vivir es un confuso,

que mantiene sus intrigas,...

cuando quito el que te puso,

lo que quieren que se diga.

Y diciendo hago camino,

y en sus vueltas me mareo,...

y me importa hasta un pepino,

porque yo nada me creo.

Raquel Ordóñez Marqués.