sábado, 13 de junio de 2020

Porque yo te escucho,....

Todos tenemos diferentes maneras de interpretar las situaciones y de ahí el motivo de las variaciones y derivados. Lo que a unos les parece poco o escaso a otros les parece suficiente, aunque el recibo sea un granito que apenas se perciba.
Midiendo los modos y formas, se llega a conjugar en lo personal, lo que de necesidades pudiera ser un enfoque individual, que siendo más laborioso y minucioso diese como resultado grandes logros que sin alcanzar el conjunto, se pudiera de igual forma aplicar a las necesidades de muchos otros.
A veces la solución no está en desaprovechar la ocasión de intentarlo.
Bien es cierto, que en casi todos los lugares, se juega en equipo con teorías y métodos muy estudiados para lograr el resultado esperado o expuesto, pero cuando llevas entre las manos la salud mental de las personas, el juego pasa a ser individual en casi la mayor parte de los casos.
Mi mundo es un mundo que si no te cuento no lograras entender, es razonamiento de cualquier minucia, de cualquier escusa que en contradictorios pueda establecer esas diferencias.  Y si no te cuento y me ocupas mucho, pienso que el retraso es ese detalle a tener en cuenta.
Miro con asombro todos los esfuerzos que sin dar más caso solo son efecto de entretenimiento, que en manualidades o en algún deporte como juego habido, solo son en tiempo días de retraso a un poder mostrarme. Y eso me hace frágil en el mismo acuse que la vida presta porque el tiempo pasa.

Digo lo que pienso y te escucho a iguales,
siendo tu opinión parte en reflexiones,...
porque desahogarse va espantando males,
y que te comprendan son tus intenciones.

Hago lo que puedo siempre sin rendirme,
voy dando tropiezos y hasta me he caído,...
y si me levanto no es que me escatime,
de la parte en culpa que yo haya tenido

Todo lo que aprendo es el día a día,
vivo en la sorpresa del mismo esperar,...
y esperando hallo lo que no veía,
y lo que recibo siempre es mucho más.

Raquel Ordóñez Marqués.