lunes, 20 de agosto de 2018

Un paréntesis de mi conciencia,....

Desde el punto de vista de la hipocresía, solo es un teatro a seguir por las circunstancias que le guían, aquellas que se adueñan de la verdad convirtiendo en teatros de cinismo cualquier paso al andar.
Su mirada evadía por completo mi mirada, lo cual determina un engaño de expuestos, el esconder de todo aquello que le delate en complicidad.
El juego es a dos bandas de intereses,... Por un lado, los que manteniendo puestos de mayor importancia son del recurso de exigir explicaciones, para los que hará un teatro de ignorancia, pues todo aquello que pase por alto a su alrededor, no le comprometerá a nada ante sus ojos.
Y será de tomar cartas y medidas al respecto de las exigencias contra cualquiera que le pongan en la palestra.
Por otro lado están los enfermos, a quienes no engaña tan vilmente como quisiera y que se deleitan en su nombre con descalificativos más apropiados a la jerga social.
Una manera como otra cualquiera de fogar  en consecuencia tanta hipocresía, que en el entorno habitual asfixia la atmósfera.
Con ellos se muestra asombrado, casi perplejo en el trascurrir de los hechos, en verdad Felipe es un actor.
Dada la situación y la procedencia de la misma, todo es un complot de intereses que se mueven por circunstancias y conveniencias.
Las circunstancias que aquí se debaten, son desolación, decepción y frustración por parte de los muchos usuarios, que a su vez disponen de alguna contratación para su formación o adaptación a la misma vida social.
Las perspectivas al respecto, no son precisamente de consuelo ante los hechos a repetir contra varios de ellos, por no decir contra todos los que muestren saber cuales son sus derechos y exijan los mismos que le correspondan o de igual modo defiendan los de aquellos que se encuentran en menor capacidad para hacerles frente.
Un paréntesis de mi conciencia,....

Raquel Ordóñez Marqués