domingo, 6 de enero de 2019

Y la perdiz sigue dando vueltas,....

Hemos empezado un año nuevo y como es costumbre seguimos hilando madejas, las que nos llevan al mismo giro de vuelta que en su principio, ya es destacar de malas manías.
En escaparate tenemos diferentes ovillos de colores, donde la disputa se encrespa en preferencias por desbancar de algún modo un presidente de fortuna,...( Y digo fortuna porque siendo quien malgasta nuestros impuestos en prioridades que el mismo equilibra para su beneficio, no podría si no, ser de otro modo en este País de pandereta, donde nadie vota a quienes gobiernan.)
La que se nos viene en cima, que en vueltas de dar puedan ser noticias de misma categoría en origen, eso sin contar, todo el meollo que de cuestión ya es repetición de mismos síntomas gástricos.
Se han cruzado los tiempos y se han caído los velos que de ciegos era sombra en su penumbra, ya no queda nada más que despertar a tanto dormido, que simulan vivos esta gran mentira.
Como carroñeros se muestran, todos esos mercados que de la ficción es constatación de viejas costumbres. La simulación de un dar que hacer, para entretenimiento de tanta anormalidad vivida.
Ya no quedan prioridades, que no sean ese jugar al despiste que se marcha en tiempo, tiempo que recoge miles de miserias y nostalgia en olvido. Tiempo que se agota,...
Entre preferencias tenemos un debate que de controversias solo hace negocio, pura demagogia que juega al despiste, no miraras el problema que a expensas de otros complica la vida, solo verás las batallas que son sotener  de esta sucia guerra.
Se les olvidó decir en el mismo día del subir pensiones, todo lo que sube con el año nuevo, esas altas cimas que nunca se alcanzan, todo lo que encubre de necesidades, esas que no son visibles entre sus carencias. No es la inteligencia,...

Se han quedado mudos,
los tiempos que corren,...
cuerda llena nudos,
que agarra este pobre.

Vive en desatarlos,
siendo un deslizar,...
de cuerda que agarro,
y no debo soltar.

Hoy atan algunos,
entre demagogias,...
y de nuevo el turno,
no es mismo que escojas.

Uno que desato,
siete que me atan,...
siempre este relato,
que nunca me empata.

Llenan de promesas,
el tiempo vivido,...
cual quitar de mesa,
sin haber comido.

Miro el desconcierto,
que es de sotener,...
cuando el mismo reto,
es entretener.

Raquel Ordóñez Marqués