viernes, 21 de junio de 2019

Trás la incomprensión,...

Ponerse en la piel de otras personas a sabiendas de lo que haces, es un don que no todos pueden controlar, ya que hay muchísimas personas, que se ponen en la piel de otros sin percibir que eso sucede y sin poder controlar lo que todo ello conlleva.
Lo cual te lleva, a diferentes comportamientos y descontrolados que no son deducidos ni percibidos en su variedad. Y que por tanto no son descritos en su capacidad.
Las personas que como Manu están expuestas a este tipo de vivencias y desprotegidas de toda comprensión sufren en sus carnes un despectivo por su comportamiento que no es consecuente con la realidad.
 Suelen tener debilidades y flaquezas que son del juzgar de todos aquellos que estudien su comportamiento, sin ninguna consideración a lo que verdaderamente es vivido en su persona.
Personas, totalmente ajenas a lo que les sucede y con un alto indice de suicidio por su incomprensión
Cuando te pones en la piel de otra persona y vives sus propias experiencias como una primicia de tu persona, eres capaz de expresar sus debilidades y sus experiencias a modo comprensivo por esos sentidos que en su sensibilidad puedan hacer comprender a la persona en si. Pero cuando eres ignorante de esas experiencias, pasan a ser pesadillas de una diferencia en tu comportamiento, que puede hacer diagnosticar un trastorno de la personalidad que no está siendo comprendido.
A la persona la encierra en un comportamiento aislado de difícil comprensión y el profesional debe en su obligación, enseñarle a deducir o controlar su propia personalidad para poder de algún modo controlar esa múltiples experiencias, que en su natural son del progresar en diferentes patologías que sufre el entorno.Una enfermedad social y sus estancamientos referente al mismo pensar que en su variación ya hace de la problemática un estudio a expensas.

Don que tu me diste y exime de culpa,
todo lo que en vida en si pueda expresar,...
un comportamiento que lleva por ruta,
lo que otros sufren sin saber llevar.

Don que en si se expone,Don que menosprecio,...
Don que igual que tengo nunca lo pedí,
y que si lo enfrento mismo se hace recio,
y si no lo quiero mismo he de vivir.

Es como un castigo que me impone vida,
y de comprenderles nunca tiene fin,...
porque en si la muerte diga lo que diga,
es lo que te queda por vivir a ti.

Raquel Ordóñez Marqués.