viernes, 13 de noviembre de 2020

Almas inocentes,....


Miro en un futuro, con el entusiasmo de un niño con sueños realizables, miro en ese entorno que me embriaga la vida y me da oportunidades como la de ir enseñándote a caminar despacito. Me agarro con fuerza a esa opción que me brinda la vida y empiezo a tu lado desde un principio, marcando los pasos  que son de un continuo paso de un seguido que establece el tiempo.
Adorno los días con continuas risas que sacan la tuya dando confianza a esos muchos miedos, sin que lo percibas ni por un momento, porque entre los cambios de niño a un adulto marcan diferencias.
Costumbres son metas que alcanzas en días, diferencia de años de seguridad, ese que te agarra no deja que crezcas en tu libertad, mismo es tambaleo de pasos inciertos que pierden seguros, pero está en los ciertos ganas de aprender, de probar en riesgos que te dan momentos de tranquilidad y sonrisas de eso que alegría ofrece en tus propias metas, ya las alcanzaste. Ahora solo queda crear las costumbres y hacer de continuos paso que van libres.

Has llegado lejos en muy pocos días,
porque libertad te deja en sus libres,...
y quizás parezca que nunca aprendías,
o que nadie escucha lo que en breves pides.

Con pocas palabras describes tu alma,
y en los repetidos vas pidiendo más,...
porque nadie capta lo que en propia calma,
es de la paciencia un paso que dar.

Un café descrito es tu propio sueño,
sin la vigilancia de esos que te cuidan,...
y en el mismo sueño tu eres ese dueño,
de hacer lo que quieras y no lo que digas.

No te has dado cuenta cual niño inocente,
que tú vida es tuya y solo tú mandas,..
agua de ese río que convierte en fuente,
lo que de los cielos sea agua que salga.

Raquel Ordóñez Marqués