miércoles, 1 de agosto de 2018

Uno más de la misma mentira,...

Uno más de la misma mentira, es aquel que se rige por un dictar de controversias a seguir, engañando sobre la realidad que nos embarga. Sobre lo que de verdad es pregunta que de escritos nadie tiene la respuesta.
Sobre lo que todos aparcan a un final que de incógnito radical es su mirada.


 Se me acabó la vida,
en ese final elegido,....
por quienes me miran ,
sin que yo haya decidido.

Se me acabó la esperanza,
y es del cruzar de caminos,...
lo que misma en su labranza,
fue recoger de mezquinos.

Se me acabó la vida,
en crear y construir,...
porque de aquellos que digan,
es el mismo conducir.

Y es que del dime direte,
es decir de lo que vale,...
lo que sacando te meten,
y del dar es mismo dale.

Ese cansar de continuos,
que en el mismo recibir,....
algunos es que vivimos,
sin un poder más decir.

Puertas se han ido cerrando,
de cordura hacía locura,...
y es de esperar que en los dando,
ya se han ido con soltura.


El hidalgo perdido



Conciencia,...

Si nos basamos en un entretener que de disposición sea mantenerse al margen de la realidad, es casi normal desde ese punto de vista, que se mantengan en la palestra temas tan anticuados como la dictadura y sus efectos.
Bien es sabido, que en todas las épocas se viven diferencias a debatir que son del mismo entretener otra perdida más del tiempo. Y que se consideran de importancia, solo por aquellos que en el remover sacan partido a diferentes intereses de mantener.
Pero los tiempos quedan estancados en ese obligar, que de la cordura es debate de bienes que garantizan un tiempo perdido a expuestos, para secundar ese que hacer de diferentes profesionalidades por cubrir o descubrir.

Si mi tiempo fuera oro,
del moler de la conciencia,...
yo te lo daría todo,
cual medir es mi paciencia.

Y aún perdido en remolinos,
que en lo enredan en sus vueltas,...
este tiempo es tan divino,
que vivírlo es misma renta.

Un dictar de laberintos,
que entretienen sin afán,...
y este cuadro que te pinto,
cual consciente es mismo pan.

Raquel Ordóñez Marqués.