Es tan difícil llevar a cabo el mismo criterio personal e independiente, ese que imparcial llega a conclusiones de razonamientos concluyentes ante la igualdad que por derecho, exiges en otros.
Nos alimentamos de mentes débiles apenas sin conocimientos de causa y efecto respecto a los aspectos a medir, y nos aprovechamos de la situación de inferioridad que les acomete.
Somos como hienas en el mismo ansia de saciar sus ganas, esas que mastican como carroñeras lo que bien meditan en su proponer.
Ayudar se dice cuando en suculentos viene el mismo sueldo y no es vocación lo que igual promueve los continuos actos, es la misma farsa de un ser superior, con las experiencias vamos aprendiendo y adquiriendo al tiempo las habilidades, esas que nos hacen aptos diferentes.
Damos por seguro que el aconsejar es continuo a un mando, casi misma orden dicha en cautiverios, y en el mismo hecho damos por seguro el ganar la baza. Son las amenazas las que en el efecto surgen en capricho, que es lo que te asusta o que te da miedo, casi el mismo esfuerzo de un impresentable.
Luego va en la ética la forma de hablar y es entonces cuando las mismas palabras van en dos sentidos, uno en sutilezas que no se perciben y otro en intenciones que yendo en ocultos resaltan propósitos.
Se han quedado ciegos esos ignorantes que nada es que entienden, que llevan en carros carreta enganchada de propios intentos, los que otros pretenden.
Cuando digo Diego yo quiero decir,
que si solo intento saco en conclusiones,...
lo que de otros fuera derecho en vivir,
que mismo variando son mis intenciones.
Cuando hablo acierto dando en la diana,
porque solo quiero en el mismo acertar,...
que en el miedo obtengas lo que hacer mañana,
sea de mi puesto solo un que pensar.
No hago más esfuerzo que el pasar las horas,
siempre protestando porque no es la hora,...
y el que tu no vengas siendo una demora,
es causar de males si te he dicho ahora.
Ahora que lo miro me he quedado ciego,
porque el mismo esfuerzo no fue ni mirar,...
que en tus propios planes ya crecía el ruego,
que en mismo derecho daba libertad.
Me tienes cautivo me dictas mis actos,
me guías los pasos que debo seguir,...
y en silencio llevo ese cruel maltrato,
que entre dichos hace este mal vivir.
No quiero tus pautas no es me motives,
solo es un mandato que en contrato va,...
a imponer derechos que a mi me cautiven,
mientras vives libre en falsa igualdad.
Raquel Ordóñez Marqués.
