viernes, 17 de febrero de 2012

Los sindicatos de Sancho,..

Bajaron los principios,
siendo que el ego subió,..
ignorando aquel desquicio,
que al salto les impulsó.

Hoy esperan de ese trato,
que de ignorancia el efecto,..
sensible no sea al tacto,
cual diferencia sea éxito.

La bruma que no es visible,
pues ciega la deja el sol,..
ignora en su predecible,
la voz de su eco al son.

Despierta pues del letargo,
espera en su propio fin,..
y hasta : ¡¡ Quijote me largo !!,
a Sancho escucho decir.

Contorno de su cintura,
es de equilibrio caída,..
cuando al correr sin cordura,
Don Quijote ni le mira.

Y es que en vagar de la mente,
gigantes entrando en juego,..
de su ataque son recientes,
cual su sangre no da en riego.

Molinos les diferencian,
como huracán en murallas,..
y a Sancho con valor de su ausencia,
no le quedaban agallas.

Despliega su eco que en gritos,
ensordece al mismo viento,..
y en rabietas con saltitos,
expone los nuevos lamentos.

Zurreta le sigue al paso,
cual tambor ruido es constante,..
temblar que en propio fracaso,
de Quijote ya es gigante.

Y en las versiones se pierden,
de defender las batallas,..
las matas en que entretienen,
el vacíar que les calla.

Son los molinos y el viento,
despertando a ese gigante,..
quienes pintaron trayecto,
de la mierda que dejaste.

Y ante el aroma indiscreto,
cual permanencia es oferta,..
lo justo es coser ese recto,
que en podridos se detecta.

Y ahora quienes protestan ¿?

Raic Ordóñez,.. 2012