El chantaje emocional, suele ser recurso de un tira y afloja, donde la ignorancia siente que te importa su propio criterio, donde ven cumplidos todos sus deseos, insignificantes ante la arrogancia del que igual se burla, por que igual se lleva todos los recursos de los intereses, dame lo que quiero y te colmaré de ansias que tengas.
Insignificante es del mismo modo todo lo que piden, aunque siendo es cúmulo de un siempre constante en sus peticiones, triste se define cuando en sus derechos, otro menosprecia todo lo que tienes y te da en goteos lo que siendo es tuyo.
Cuánto necesitas siempre escaseando, cuánto es que te llevas y cuánto te guardo, cuánto es que deduzco que puedas gastarte bajo mi criterio, qué es que necesitas y cuánto te quito que sirva en principios un tregemaneque para así incitarte en cuantos preciso, juego al menosprecio.
Es del ignorante de quien bien abusan y el en sus principios aprende ese juego, que es lo que me saco y cuánto me dan, qué es lo que preciso y cuánto me dejan cuando es que pudiera y como lo hago, no es ningún misterio.
Todo lo que enseñas se aprende en camino, y si me repites voy tomando nota, qué es lo que me dijo y cuándo lo hizo, cuánto es que ha tardado y hasta dónde llega, solo el ignorante aprende en constantes y eso hacemos todos.
Y dejé en camino tiempo que me espera,
por que el tiempo es justo y siempre puntual,...
y me queda tiempo para lo que diera,
siendo en su retraso un habitual.
Y aprendiendo llevo tiempo que tuviera,
y me enseña a tiempo que debo esperar,...
para verte en tiempo y que así se advirtiera,
que me muevo en tiempo donde debo estar.
Raquel Ordóñez Marqués.
