domingo, 28 de junio de 2020

Esta pesadilla,...

La vida se mueve a través de mercados que se justifican en propia defensa.
La psiquiatría es uno de tantos que se justifican en habilidades, y es que cualquier persona lejos de comprender todas las habilidades habidas, puede ser cuestionada en modo y forma de una justificación para desacreditar sus posibilidades.
De por si se presume, que si hicieran un análisis a toda la sociedad, no habría nadie que pudiera librarse de un diagnóstico de discapacidad que asegura un propósito de mercado asegurado.
Bien es sabido, que en los últimos tiempos, cualquier persona sin hogar, es valorada para desacreditar sus posibilidades en discapacidades conocidas que aseguran una renta mensual y un mantenimiento de la persona. Claro está, que se cuestiona su salud mental y por tanto se desacredita ante el resto de la sociedad, poniendo en balanza todo su comportamiento y necesidades. En muchas ocasiones, haciéndoles pasar por terapias obligatorias y controles semanales o mensuales de todos sus bienes o beneficios, a través de las ayudas existentes.
Dicese pues, que son los guardianes de que utilices los mismos recursos puestos a tu merced, en compensación de todas esas ramas que mantiene el mismo mercado, asistentes personales, cuidadores, monitores, psicólogos etc, un sin fin de personas que se mantienen gracias a todas estas ayudas existentes y que en todo momento controlarán tus pasos para asegurarse según ellos de que se invierta en las principales necesidades de las personas.  Casi como estar en una cárcel o quizás peor dependiendo de las perspectivas de cada uno y el mismo amor a la libertad que cada uno tenga.

Muchas veces, se les va de las manos, los derechos individuales de las mismas personas, que pasan a cuestión dependiendo del criterio de todos aquellos que se empoderan del derecho ajeno, como si de materiales habláramos y pudiéramos repartir.
A dónde irá a parar todo este reparto de bienes y derechos, que se están conjugando en beneficios de unos pocos.
Y quién lo detendrá a tiempo de no existir como un mundo de locos incomprendidos e ignorados por las masas.


Se les fue de las manos y sin percibirlo,
fueron avanzando soñando con más,...
y en este silencio grito al escribirlo,
porque nadie sabe que pretenderás.

En buscar trabajo perdí la carrera,
cayendo escalones sin considerar,...
que en misma locura fuese yo cualquiera,
cual maltrato dado tu cuestionaras.

Ahora que lo pienso solo fue un descuido,
de lo que en la vida otros pueden dar,...
y en los mismo rezos solo yo te pido,
lo que no he tenido en oportunidad.

Un poco de tacto, tiento en las maneras,
muchas precauciones sin es pensar en mal,...
por que en esta vida caer en quimera,
es algo que pasa en el mismo soñar.

Raquel Ordóñez Marqués.