En ajustes de lo importante y en precavidos, se especula en posibilidades de lo que hay que hacer, dejando claro que ante la ignorancia el miedo es libre, puertas giratorias tienen doble uso, paso de un seguido que hace diferencias en la sociedad, diferencias grandes que bien se trasmiten en un gestionar, pero disimulan como si esos mismos no fueran culpables de lo que provocan.
Mira las disputas que en los mismos gustos llevan contrariados, dicen las tendencias que viven conflictos de tiempos y tiempos, esto es una riña que va sin final, ellos te manejan a su propio antojo, son las diferencias de varios criterios, siempre con razones del curso del tiempo, ese que acompaña a la misma vida y marcando frentes abre los posibles de una controversia.
Es juego del miedo lo que nos conmueve, miedo dirigido para un mismo fin, luego son las pruebas las que garantizan salidas que haya, somos marionetas que suman riquezas, manojo de bienes que dicta codicia, esa que disfruta entre los mismos males, la que no se sacia en el acaparar.
Repetidos llevan el plato del día, un menú completo que sacia posturas, luego el reposado conjetura todo en modos que haya, y empieza el conflicto, libertad se apura en correr y escapar, la persigue el miedo yendo en descontrol, y en desconfianza siguen las miradas poniendo objeción.
Ya lo han conseguido,... Reto que sugiere tener precaución, son un gestionar de modos y formas, son generaciones en sus diferencias, varios los criterios que chocan sin más, los titiriteros llevan su disfraz, un tira y afloja que arrastran en obras creando discordia, ese es su trabajo.
Y te vi perdido preso de ese miedo,
que sugiere el eco en su repetir,...
y en el murmurar rezas ese credo,
que te alivia el alma y te deja vivir.
Habla el mismo tiempo en sus generaciones,
dicen que ya es viejo el teatro que ves,...
y que en el silencio mismas precauciones,
capturan los libres que dices tener.
Rompe con el miedo que estimula a tantos,
tantos que sugieren lo que hay que hacer,...
mientras enredaban pareciendo cantos,
lo que en gritos mudos sufrirás también.
Raquel Ordóñez Marqués.
