En el atardecer vi mi querido Dracull, como algunas aves de rapiña pretendían doblegar a la razón. Sentí pena de esas almas perdidas en rumbo, atropelladas por el miedo.
La tos era un constante en la demostración de verme cual ser humano,. no me restaba ningún tributo de esfuerzo en comprender. El respirar en continuo y saber que palpitaba dentro mi el aliento que hace un seguido al ritmo de la vida, me complace en serenidad.
En estos últimos tiempos, la visita al Samur para que en ayuda social, la mano fuera precisamente una cena en la bandeja de buen trato, de una chica que estaba cumpliendo con su labor. Una espera en pérdidas de tiempo, para lo que no tendremos que buscar marca de mujeres y mucho menos en destacar de serlo. Pues en el escrito que es previo firmar como ayuda económica, el billete de un viaje en metro por Madrid, para lo que te tendrás que buscarte las maneras para la vuelta. Porque solo es de ida, y unas horas de descanso en un sillón, para lo cual tendrás que utilizar el billete y luego ganitas de otra entrevista que lucra puestos de trabajo, de imposible solución para la labor que se supone, es el motivo de tener esa disposición de puestos sociales. Pero en la duda queda el uso de los datos personales y ese fondo en blanco de intenciones que confirma el mismo escrito en obligación de quienes lo usen. Imagínate que fuese con más sombras EN SACAR DE HABER Y CON MÁS MOTIVOS DE VER AQUELLO QUE ES DE CIEGOS PRIVILEGIOS.
Lo que del tacto y sentido común fuese de percibir en dispuestos que solo nos complican más los días, y en proceso de seguir en las mismas pérdidas de tiempo. Para buscar otra marca en distracciones. Y así mantener una crisis en agonía que es salida de una puerta a ese final.
El que ya no obtiene respuestas, el que tendrá que percibir otro que, de ser y tiempo surja en la pregunta de planteárselo. Y para el que tendrán dispuesto en misma trampa, otra pérdida de marca y distracción.
Nos haga seguir en ese circulo vicioso de silencio y tiempo, de crisis descrita,...
Cuanta gente a destacar de esos silencios, ya no tienen voz, porque ni la vida les mira.
La conciencia.
Raquel Ordóñez Marqués.
25/08/2015
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