Estela es infiel por naturaleza, su vida entre concesionarios, es un mundo donde los hombres siempre fueron privilegio de gustos.
Casada en sus inicios con un mecánico y camionero, que dando la vida por ella y sus dos hijos, tuvo que hacer frente a la humillación de la infidelidad.
Y focalizada en los medios, con varios personajes, que más que resaltar sus defectos elogiaban los mismos.
Decreto de tele-basuras, la gracia y el sarcasmo, que muchas veces es acogido entre aplausos de ignorancia. Sin dar paso a la realidad que esconden.
Se mueve en el mundo de la poesía, que en sus profundos es cuota o pago de de deudas camufladas.
Una manera de subsanar esas pendientes que te sumergen en el fracaso, o que te alzan a lo más alto, en focalizaciones erróneas, pasando desapercibidas en la realidad y compensando por favores.´
Un modo de quedar como seudónimos es entrar en ese juego de escondidos, apoderándose de la mente ajena, o en su lugar al acoso hasta la derrota.
Chantajes de la vida, y la falta de libertad, a cambio de la misma vida que te quitan, para mofarse en focalizaciones que ciertas, o inciertas hablaran en valores de la dignidad pisoteada en tendencias.
Mundo de locos,...
Raquel Ordóñez Marqués.
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