En hologramas de personas conocidas, ( programadas o no ), se repiten en secuencias los intentos por adherirse al cuerpo. Una y otra vez, sus caras son el supuesto de una cara central, que recibe un acoso constante de gestos en imposición. De manipulación mental para obligar a pensar e imponerse en otras voluntades.
He aquí, una de las tendencias por referencia de gustos, a pronunciarse y sus métodos. Acoso permanente que enloquece o se reafirma en locuras temporales de rechazo a un someter.
Locuras de la practica individual, que debaten, discrepan y se niegan a comulgar con lo impuesto bajo presiones. Estrés psicológico que en el pronunciarse de otros, se posicionan en prioritarios, ante los que tendrán que someterse aquellos que lo sufren. Y de no conseguirlo, evolucionan en un constante repetitivo de lo mismo, como torturante de intención en alevosía .Una programación persecutoria de arrinconamiento, contra pensamientos o posiciones contrarias.
Llamemosle enfermedad mental,... Personas coherentes, de la noche a la mañana dementes señaladas.
Raquel Ordóñez Marqués.
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