Ese puntero que detalla todas las acciones del día a día, manipulando el orden de respuesta al antojo de sus preferencias. Reduciendo la movilidad y el derecho a su gusto, con abuso del poder en la opresión o agresión, que en sus hechos, son un clavar constante de vitales.
Un entorpecer del cotidiano o el movimiento natural de una persona.
Oprimiendo a base de clavar en el cuello y enroscar en un martirio insoportable.
Ese antinatural de la propia vida.
Que parece corregirte en derecho de alguna autoridad, que apropiándose se otorga.
En esa agonía del respiro, que te lleva a desear el descanso aunque sea en el suicidio provocado de un final de paz.
Ahí me encuentro, debatiéndome en el mismo silencio, si es merecedor de espera o comprobación alguna. tanta desdicha.
De este desmesurar que ahoga al mismo respiro, e impide a un natural de imprevistos sorpresivos en un cotidiano.
Suplicando vida,...
Raquel Ordóñez Marqués.
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