Por encima, como gigante que te cubre en el espacio y con una pluma subscribe tus palabras.Un calco que se repite en dimensiones paralelas, al mismo tiempo de actos y gestos.
La garganta es en si empujada por una masa al margen izquierdo,que se hace paso en el obligar de una asfixia.
Un brazo enorme que se agarra a ella en el enlazar de un paseo torturante por el incomodo que provocan las dimensiones. Y unas garras que secuestran en el forzar el gesticular en movimientos condicionados.
Diferentes caras son percibidas en ese gesticular, como si al paso las encerrase en mi propio rostro.
Obligadas en ese desinflar que de globos fuese un pliegue del doblar al mismo tiempo.
Por la espalda, astas son el clavar al igual que cuernos individuales del punzar de malas intenciones. Un paso de atropellos arrasando todo lo que de vital, produce dolor en este encierro.
Los movimientos o espasmos, son obligados del variar, como si la vida fuese un enroscar en la agonía de verse presa sin más derecho.
Vida arrastrada a un remolino sin final, dejando huella en sonido de un "clic" que producen las uñas en su afán de agarrarse, en el permanecer vista de algún modo en rastro.
El cerebro deja aviso en el sentir, cual percibir es de un forzado de alicientes.
Un s.o.s del decir me arrastran,... me enroscan y nadie puede verme, aferrándose a las amígdalas como presa.
Empieza a ser duro el otoño,.... Como si se calzasen un traje al uso del acomodar de otras siluetas dominantes.
Raquel Ordóñez Marqués.
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