En las vueltas de ese circuito en el que circula la vida, la disputa se enfrenta al mismo pensamiento y conclusión, que de la misma persona es cuestionarse en conocimientos y experiencias.
Te encuentras contigo mismo, en pasos que del arrastre son perseguir en los tiempos.
Perseguir que se cuestiona en la mezcla que los une en sus diferencias. Y que de igual modo lleva en arrastre diversidad de afluentes de intenciones y cuestionar de ajenos.
Todo es un laberinto de tiempos en discusión o apaciguar, dependiendo intereses, que debaten en un mismo escenario, que a su vez arrastra otros escenarios de tiempos y experiencias.
La lucha es contra la misma evolución que del parecer fuese variante del crecimiento y circunstancias , mezcladas en el mismo proceder del paso del tiempo o edades.
Si a todo esto, le sumamos el agravio que de intereses sean paralelos de intenciones , en carreras de obcecación en superarte. Nos enfrentamos a un debate sin fin , en el que las mezclas son un rival que entorpece el mismo crecimiento enriquecedor. Por tanto nos movemos en una matemática, que se cuestiona en el mismo suprimir de intereses ajenos, enfermando al paso con variantes de incertidumbre.
La libertad que de sentimiento no fuese más que un respeto que de igual aplicar, sería el único antídoto valido para que la matemática fuese un exacto de equilibrio.
Pero nos encontramos en ese punto que de adquirir es objeción de si mismo. Y nos perdemos en palabras y acepciones que varían según interpretación, no solamente el significado, si no la finalidad de esa desembocadura de intenciones y rivalidades.
Vivimos en escenarios que de la incertidumbre en la ignorancia, siendo inocencia de un aprender. Son el constante de un perseguido que acompañando a la memoria, nos constata ese reproducir que se repite en actos y tiempos. Y que del reconocido y percibir en todos, sería de la educación un mejorar que sin practicas de olvido, constatara de igual modo esa evolución de tiempos y actos.
La recapacitación de todos, solo se podría obtener, desde ese punto que identifica una realidad de invisibles que nos persiguen y acompañan como rastro de vida individual a respetar en su plural, por el individual que predomina, independientemente de criterios.
Para el resolver de miles de problemas y enfermedades de círculos viciosos con finalidad en la misma muerte como objetivo.
El condicionamiento que por odio, envidias, rivalidades, rencillas o rencores obstruye las vías del entorno, solo llega a ser ese circulo vicioso de controversias en practicas que absorbe la misma vida.
Y que recordara en las mismas vivencias con enredos de haber, para un recuerdo obligado de diferencias por carácter o características de estados emocionales, cerrando el paso a un volver a la misma memoria e infectando la misma de haber, con distintas enfermedades.
La memoria de tiempos y experiencias, cerrándose paso a la misma evolución, en la mezcla de ideologías útiles u obsoletas como vueltas de un repetir de obstinación.
Raquel Ordóñez Marqués.
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