Se te meten en la mente,
pronunciando a su merced,...
lo que en vida es sugerente,
de ponerte así a sus pies.
Es afán de fe en creyentes,
persuadiéndote en tu ego,...
es del frío en esa fuente,
que se sirve entre tus ruegos.
No secundas lo que dicen,
ni te creas de elogiar,...
porque igual es que te pisen,
en el mismo caminar.
No te creas personajes,
no les sigas en sus pasos,...
porque solo es abordaje,
de llevarte hasta el fracaso.
Se aprovechan cual carnaza,
de valientes esperar,...
es el pago una matanza,
que tendrás que asimilar.
No son buenos ni son malos,
son balanza de equilibrios,...
y en los casos hay que hallarlos,
aunque busquen tu delirio.
Raquel.
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