Todos nos vamos marcando un propósito de ser, que en el manifestar de costumbres nos identifica como únicos, nuestro cometido al respecto de las apariencias, no deja ver lo que en los ocultos se mueve, como contradictorio de nuestras propias conductas.
Y es que está claro que nuestro pensamiento es delatador de ese ego principal que nos revela en necesidades.
En el mundo mental, los pensamientos forman parte de ese identificar que es conocedor de nuestros más ocultos deseos. Un mundo oculto en apariencias y sin embargo mucho más esclarecedor de la verdad, respecto a intenciones y criterios que este mundo exterior de escaparates, opuestos a la realidad que se percibe.
Allá donde tu mirada no llega,...
Por que el esconder es de propios en hechos,
lo que en pensamientos ocultos,...
a oscuras sacando provecho,
es mismo conducto.
Conducto de bienes y males,
que mueven en sombras al lado,...
lo que en intenciones,
mismo has señalado.
No tengo apariencias ocultas,
pues en el espejo un contrario,...
ya es que mismo apunta,
propio tu calvario.
Yo no soy esclavo de nadie,
miro con prudencia los tiempos,...
y en mensajes dejo en el aire,
ese remover de los vientos.
Vientos que sancionan los hechos,
de un contrario en un percibir,...
cual cobijo no lleva un techo,
de esconder que puedas vivir.
Soy Quijote de esas locuras,
que mostrando dejo en mis letras,...
la más cruel y firme armadura,
en verdades que mismas te retan.
Raquel Ordóñez Marqués.
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