Hemos aprendido a vivir con nuestras dificultades, como el resto del entorno en esas cuestiones que les queda grandes, y no habiendo nadie perfecto, no veo la diferencia que de tus facetas ocasionen otro esfuerzo que no sea enseñarte las mías propias. Y en esa complicidad que advierte enseñanza de unos y otros, busco ese respeto que hablando de iguales , me de pié en el verlo que sea palpable.
Hablo en la constancia con mi propia persona y debato costumbres, que añejas nos dejan mal sabor de boca, tratos diferentes, con la indiferencia que habla la ignorancia y es que en este libro que escribe la vida, describe de todos tramos y facetas, dichas diferencias va en el inculcado de muchos lugares, todos con costumbres que afianzan tiempos.
Miro los remilgos que dicta la vida en unos y otros, esas diferencias que dejan constancia de únicos de haber. Y veo personas que cuentan historias, muchas parecidas en el sentimiento que mueve la vida, que busca factores de ese convivir.
Unos aprendieron lo que otros nunca podrán aprender, de una igual rutina dependiendo siempre de ese que destaques, otra diferencia de un tener en cuenta. Todos tan distintos y tan parecidos, que el alma tropieza en mismos sentimientos, vive la nostalgia y eso que alegría te da en aliciente, mira bien la pena y lo que en cariño tu puedas sentir, habla la añoranza y hasta echa de menos la misma paciencia, esa que suscita mil contradicciones, viven los recuerdos y es paso de aquellos que igual te los cuentan, todos diferentes matizando siempre algo personal.
Somos tan iguales,....que hasta me parece que esta gran sonrisa será compartida.
Y por eso llego a ese corazón,
que oculta latidos que viven ausentes,...
porque en dicha vida dicta la razón,
que en mis propias letras te brinda un presente.
Eres un latido que en el ritmo sigue,
pautas tan iguales de mi respirar,...
que mientras respiro en propio paso pide,
aliento seguido de una historia dar.
Cuento las maneras que destacan propios,
y las mil excusas de este descansar,...
que en el tiempo ofrece ese mismo acopio,
que en tu historia diera tiempo de escuchar.
Eres ese paso que ha dejado huella,
siguiendo un camino para ese alcanzar,...
que abriendo las puertas ya le dice a ella,
que si tu llegaste yo puedo llegar.
Raquel Ordóñez Marqués
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