sábado, 14 de noviembre de 2020

Mi querido padre,...

 


Los días se nublan en tus pensamientos, la vida te pasa por tu propia mente, balance de aquello que sostiene el alma, desde tu mirada ha pasado en tiempo solo unos minutos, recuerdos son todo lo que da esperanza, consciente la edad que llega a su fin, la recta final.

Cuentame tu vida y tu propia historia, márcate una meta que te ofrezca tiempo, tiempo en prolongarla todo lo que quieras, no dejes matices ni ápices que cuenten todos los detalles, llevame al paisaje que pinta tu vida. 

Te miro en nostalgia que derrama el alma, que arrastra mis penas por esos barrancos nublados y oscuros que encogen las ganas del mismo existir. Y sobrecogido llevo en el camino el mismo corazón, yo era de pequeña la que se metía en tu propia cama, se quitaba el miedo con una caricia, refugio de aquellas muchas pesadillas que me dió la vida, y ahora te alejas en mismo silencio. No resumes nada de tus pensamientos, mostrando un vacío de los que tuvieras, y ahogo mi llanto en la misma pena.

Te quiero y lo sabes pero no me escuchas, guardas en silencios muestra de tu vida, ese luchador que enfrentando iba a los mismos vientos, gritando su ego. Y ahora yo te ruego no te vayas nunca.


Llevame contigo allá donde vayas,

porque en pensamientos siempre estás presente,...

y la misma vida es la que cuestiona,

si el dejarme solo fuera algo prudente.


Siempre formas parte del mismo recuerdo,

aunque siempre hubo una gran distancia,...

pero en el camino pienso en ti y no pierdo,

aromas que dictan que eres mi fragancia.


Estaré contigo en todo momento,

seguiremos juntos el mismo camino,...

porque dicta el alma y eso es lo que siento,

y eres de mis metas un solo destino.


Raquel Ordóñez Marqués.

https://www.youtube.com/watch?v=rRa7i9tE8oA


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