Consecuencias y efectos de un secuestro virtual,..

El dolor que disfrazan con cabezas ajenas,..

El dolor era tan intenso madre,
tan intenso que me vencía,..
lo que no describe nadie,
y es de la muerte ese día.

Que suplíca el alma,...


De los disparos son juego,
de un constante en dilatar,...
que al mismo Dios yo le ruego,
que me lleve aún en matar,
toda esperanza de vida.

Dios mio cuanto dolor,
cuanta maldad de este blando,
que ya no se ni quien soy,
ni quien si me fuera hablando,
retumba como un tormento,
que del mal sentir que siento,..
no tengo remordimiento,
pero prefiero morir.

 Y es el recuerdo maldito,
sanar que ya no quisiera,..
tormentos que otros me dieran,
que hasta suplico morir,
y que si mismo Dios viera,
sepa que te ruego a tí como maldigo a cualquiera.
 que en daños te haga sufrir y viva yo permitiera.


Que Dios me llevara ya,
le pedía en mi relatos,..
y que si no puedo más
no den mis hijos maltrato,
que ya te digo del mal,
lo que de cuento es relato,
noticia del mismo afán,..

Del mismo lavar de Pilatos,... Verdugos todos.

Retumban hasta las voces,
el sonido en mismo viento,..
que hasta me parecen coces,
y es mal sin más argumento.
 Que diversión de maldad,
y del disfraz del dinero,..
que hasta al mismo pordiosero,
he de rogar y rogar,
y solo es pedir que el dinero nunca podrá ni pagar,
ni reparar ,... pues de la pena ya muero.

Y Dios es testigo de estar,...

Raquel Ordóñez Marqués.
27/07/2015