domingo, 8 de noviembre de 2020

Llegado el momento,....


 Después de pasar por ella, me he dado cuenta que la locura es algo que solo se pueden permitir los ricos, es como la lepra y va apartando a todos, todo son espaldas lo que bien recibes. Ser excéntrico es el diagnostico que te darían si tuvieses dinero, muy muy diferente visto desde abajo,  una diferencia de oportunidades, a poderte mostrar en todas tus caras, las de la locura, son como un resumen del mismo silencio, todo lo que guardas desde que eres niño, vivencias que se repiten en tu inconsciente y te hacen comportarte como si nada importase o nadie te juzgase en el mismo hacer. Un trayecto que tendrás que recorrer de igual manera si surge y que zanjará tú vida si no tienes medios, juzgándote en todo momento desde la misma sociedad, que ya que se precisa se dice en el trayecto no está muy desarrollada en el mismo aspecto, más bien obsoleta en conocimientos y datos que dictan contrarios.

Hablo y a menudo con la misma vida, voy contradiciendo sus muchas costumbres, muchas obsoletas y añejas en tiempo y dicen que miras como ese futuro que todo lo estudia, posibles me quedan del mismo pensar, pues la misma calle juzga a su criterio locos que se precien, y solo debaten con su propia mente, que dicta en su entorno si el trato que aprecia es hostil o no.

Dicen que los niños vienen siendo crueles, que nunca se esconden ante su opinión, y a veces no aciertan cuando van juzgando lejos del consciente de un propio criterio, eso te retumba en la misma mente, son solo opiniones que juzgan al paso, que marcan tu vida en este caminar, de igual los mayores juzgan sin perjuicio, especulaciones que siendo opiniones zanjan en cuestión, y se van sumando todos los perjuicios que a ti te acompañan, mismo es el respeto lo que se echa en falta.


Y te digo a tiempo en este comprender,

que si no me juzgas no tendré que hacerlo,...

porque si lo hago mismo es de entender,

que ese que nos mira pueda comprenderlo.


Vivo en la locura de este repetido,

que me quita vida en un sin vivir,...

porque lo que dices y lo que has vertido,

bien es un derecho de contradecir.


Voces que no oyes e igual desconoces,

y que te persiguen en el mismo hacer,...

y que son criterio de esas muchas coces,

que a mi me persiguen sin un comprender.


Dame en opiniones lo que sea cierto,

no me menosprecies por afán de estar,...

porque en mi locura yo te marco un reto,

y lo que me dices no es para educar.


Raquel Ordóñez Marqués.

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