Si te cuento lo que pienso me eternizo en propio tiempo, porque son comportamientos que repiten las vivencias, situación de circunstancias personajes y comedias, que simulan un teatro que es nombrado como vida.
Si me arrastran y me implico se complican los caminos, con tendencias a inclinarse hacia el lado que razono y cuestiono y me despisto del propósito adecuado, que es vivir tiempo presente que secunda propios pasos, ya perdí tiempo pasado y aprovecho los segundos. Los minutos son ya tiempo de una historia por contar.
Hoy es día soleado de tranquilos que acumulo, ya no existe irritaciones de injusticias existentes, se acabaron pensamientos de los justos que conllevo, no es propósito que haya de cambiar el mundo al gusto, si respetas y respetan es concreto que obtenemos. Lo demás lo proponemos en ajustes de los días, lo que crean lo que digan no me importa en realidad, son las bocas que no callan las que van causando ecos, y en sus limites los flecos les camuflan mismo rostro, no era este si no el otro y se implican sin cesar, ideal por cuestionar todo aquel que sea contrario, y te causan un calvario que te asfixia al respirar. Un minuto nada más, y cambiamos a otro tema.
Donde no existen las penas que someten nuestros días,
donde yo no lo vivía ni siquiera se quien era,...
donde todo lo que queda se rompió en misma armonía,
donde no se que decía y opinaba nada más.
No lo voy ni ha cuestionar,...
Porque aún tengo motivos,
lo que quiero lo que digo es que seas como quieras,
que te pintes ese cuadro de colores preferidos,...
o construyas un castillo en tan solo dos paredes,
yo no se lo que prefieres ,.
ni tampoco que serás.
Yo te quiero nada más.
Raquel Ordóñez Marqués.