La incertidumbre es el miedo que acontece en estos días, la pandemia dando sustos nos mantiene en esa inercia que entre subida y bajada nos advierte del acecho que la muerte va sumando. Las vacunas solución que ralentiza posibles, es el miedo quien avisa y quien suscita preguntas, mismo miedo hace posible el conllevar las medidas, y con miedos nos movemos.
Son las mentes el problema de tanto miedo inculcado, el remilgo y la repulsa extremos utilizados que van midiendo los medios, las alergias un apunte de dedos que sin acierto, son acuse de un delito de algún posible en sospechas, no te cojas un catarro pues ya parece la peste. Si le sumas la ignorancia tienes un coctel completo.
Ignorantes van los mismos que como expertos se expresan, deduciendo en el camino de suspense, donde mantienen los miedos, donde se ven a sus anchas en las mismas conjeturas que luego sin más corrigen, rectifican dicen otros pues no han sabido expresarse, y en confusos nos mantienen y en alertas nos consumen.
Ya va enfermo de sus miedos ese que solo pensaba, el que aparta de su lado esos posibles que hablan, el que va mirando al suelo, y en el roce bien se asusta, me he lavado veinte veces y en escrúpulo me gana, no he tocado en el camino más que el gel que había en puertas y es que iban bien abiertas para evitar la pandemia.
Solo el miedo es compañía de algún posible contacto y quien trabaja con personas, se empieza ha hacer mil preguntas. Es constante este repunte que ya en las mentes es mella, huella de un paso siniestro que va cerrando el pensar, y acabando en depresiones, es la ansiedad quien maneja.
Dame miedo estoy enfermo,...
Raquel Ordóñez Marqués.
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