Se han dormido los recuerdos que traían tu memoria, se han quedado en ese punto donde sueñan sin cesar, donde mismas ilusiones los conjugan en sus formas, y abandonas el sentido a esas vistas junto al mar. Se han quedado en este cuadro que te pinto con palabras, en colores naturales como propia tu sonrisa, y viajando en esta brisa me abandono en mismo sueño y me lleva siendo el dueño a tu lado sin estar.
Hoy mirando el mismo entorno no consigo en el presente, ver la fuente que en sus aguas refrescaba mis mañanas, y me quedo pues inerte en pasados soleados, que proyectan ese fondo que relaja al mismo tiempo, siendo así del mismo acierto al pensar que estas al lado, y quizás equivocado como preso por sus culpas y perdona si te encierro en lagunas permanentes, pero no soy muy consciente cuando pinto siluetas, y es que esta vida me reta a vivir sin tu presencia y me marco una prudencia que no intercede en tus días, y los sueños son la noche que alegrando el mismo día, alejando van al llanto de este charco que he pintado.
Y me quedo ilusionada por que se que estas ahí,...
Y te encierro en galerías de cuadernos,
que han contado esa historia que sugieres,...
y me quedo en su lectura en un infierno,
y te digo que estoy bien si lo prefieres.
Y te llevo de la mano por caminos,
que he pisado con tu sombra en existencia,...
y te digo que el futuro es un destino,
que me guardo en ilusiones con prudencia.
Tu ilusión siendo más grande que la mía,
me asegura en ese día tu visita,...
y me llena el mismo tiempo de alegría,
y le pongo una velita a Santa Rita.
Raquel Ordóñez Marqués.
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